Aunque la fiebre de Crepusculo va pasando los vampirillos no dejan de estar en todas partes y sino, para muestra, este mini-croissant vampirizado; evidentemente tuve que sesgar su cabeza y clavar una estaca en su corazon (lo del ajo me parecio poco pertinente al ser las nueve de la mañana), para evitar que convertido en criatura nocturna (p. Ej. Como picoteo de madrugada) me atacase mientras duermo
Oveja de mar y montaña
Hace 8 años
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