Hola, pequeños frikis! llevo tiempo queriendo colgar una reflexión en este mi espacio personal, pero que no lo he hecho por falta de tener una imagen adecuada.
Supongo que todos hemos ido a una mercería/paquetería, de esas de toda la vida, donde se compran hilos, lana, botones, pijamas, medias, calcetines, ropa interior y demás... Si es así, y es una de "las de toda la vida", habréis apreciado el caos reinante en ellas. Tiene que ser una mercería a la antigua, no vale una de cadena o una modernizada.
A las que yo me refiero te suele atender una señora venerable, rozando los tres cuartos de siglo, con unas gafas de 8 aumentos, a la que pidas lo que pidas, tiene que sumergirse en cajas semirotas o arrugadas, sacar 8 paquetes distintos, pero no porque no sepa donde está lo que consultas, sino porque simplemente en esas tiendas nada y todo está a mano.
Hay millones y millones de cajas, bolsas y paquetes que se amontonan de forma desordeanda (por lo menos para los profanos en la materia), o con un orden que solo las señoras de mercería entienden; un antiquísimo lenguaje secreto, proviniente de antaño, en la época de las primeras mercerías, y que nadie que no se dedique al tema puede descrifrar.
Si no habéis visitado nunca una de estas tiendas, os reto a que vayáis. Pedid lo que sea: hilo, velcro addhesivo o de coser, botones, unos pantys...no importa, veréis como estas señoras se sumergen en un mundo de materiales y encuentran vuestra pieza.
Simple pero asombroso...
P.S.: entiendo que os parecerá una chorrada, pero en mi vida desocupada creo que cualquier cosa me asombra...
7 comentarios:
Es así. Todas las mercerías son el perfecto caos, a mí me encanta cuando les pides algo que recuerdas y te lo sacan de un desván/trastero secreto y resulta que el precio está en pesetas!!! Pero no problem, ellas te hacen la conversión en un pispás.
Precio en pesetas marcado a boli en una mini-etiquetita blanca de pegar. O directamente sobre la caja o cartón. Me encanta. [No me gusta tanto lo de la pegatina en los libros que compro en esa librería de viejo de Coruña porque luego no hay quien las saque sin argarse la portada, pero esa es otra historia]
La única tienda que me gusta más que una mercería de las de toda la vida es una ferretería de las de toda la vida: cientos de cajones diminutos de madera por tooooda una pared, un viejo entrañable y poca luz :)
Esas mercerías que me recuerdan a mi infancia,en la que todas las tiendas eran así. Creo que haré una entrada un día de estos sobre esas maravillosas tiendas olvidadas. Pues si, dónde vivo hay una mercería de este tipo. Aparecen las cosas mas absurdas mezcladas con las más nuevas. Pides medias dibujadas y te aparecen con aquellas que se llevaban cuando yo me casé de encaje y cierto, con el precio en pesetas. Ya que estamos el otro día vi unas por Santiago. ¿Es que se vuelven a llevar o es que compran en la mercería de mi pueblo?
Caaal: la ferretería de Jesús te marcó para siempre.
Además, lo guay, por lo menos en las de mi pueblo, es que te hacían la cuenta de lo que llevabas (metros por peseta) en un papel avejentado que ya tenían encima del mostrador para luego envolverte lo que te llevabas (botones, cinta, velcro, cola de ratón...) en ese mismo papel con cuentas y todo; así de prácticas ellas que ya no necesitas llevar ni ticket...
Me había olvidado de lo de la cuenta!!! Pues es verdad, que siempre lo hacen. Genial.
Es cierto, a mí me encantan.
Todas las tiendas así, y ni te cuento de las papelerías. ;)
Qué pases un buen finde!
Un beso,
Cristina
http://blog-andcoffee.blogspot.com/
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